LA CABRA Y LOS SIETE CABRITILLOS

LA CABRA Y LOS SIETE CABRITILLOS

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ESCENARIO

Decorado: Se puede dibujar sobre papel continuo una cabaña de madera en medio de un bosque. Con un sendero que discurre entre los árboles y unas montañas al fondo.

PERSONAJESNiño o niña que sepa leer.

CABRA. – Niña de cinco años con capacidad para memorizar.

CABRITILLOS. – Se aprovechará que sus diálogos son muy cortos y tienen poco que memorizar para incluir niños de infantil de tres y cuatro años.

Un niño con aspecto de listo para que haga de cabritillo “Inteligente”.

Una niña bajita para que haga del cabritilla “Chiquitína”.

Un niño gordito para que haga de cabritillo “Comilón”.

Un niño con cara de preguntón para que haga de cabritillo "Preguntón".

Una niña con cara de buenecita para que haga de cabritilla "Obediente".

LOBO. – Niño de infantil que pueda memorizar y que sepa hacer diferentes tonos de voz.

OBJETIVOS PEDAGÓGICOS

Intento con esta obra educar a los niños en una obediencia razonada y razonable. No se debe pretender que nos obedezcan ciegamente. La obediencia ciega solo se exige en el ejército y en la profesión de fe en las religiones. Debemos darle siempre un margen de "maniobra" para que vayan desarrollando sus propios criterios.

Suele suceder que los niños más inteligentes son los más críticos ante las órdenes, rebeldes y desobedientes.

PRESENTADORA I. - ¡Buenos días a todos los niños y niñas de segundo vamos a representar una obra de teatro titulada "La cabra, los cabritillos y el lobo"

PRESENTADORA II. - Como su nombre indica es una obra parecida al cuento de "La cabra y los siete cabritillos" pero también es un poco diferente.

PRESENTADORA I. - Con esta obra se pretende educar a los niños en el conocimiento de las emociones también en la obediencia y en el respeto a lo que nos dicen nuestros padres.

ACTO I

Se abre el telón y aparecen los cabritillos sentados en semicírculo de cara al público, su madre, la cabra, está al lado de ellos con un micrófono. El narrador aparece en el otro extremo del escenario.

NARRADOR. – Esto era una vez una cabra que vivía en una cabaña del bosque con sus siete cabritillos. Un día cuando estaban todos dormidos, de pronto el reloj dio la hora.

RELOJ. - Don, don don. Son las nueve y cuarenta y cinco minutos de la mañana, son las nueve y cuarenta y cinco minutos de la mañana.

NARRADOR. - La cabra al darse cuenta de la hora que era primero se llevo una sorpresa y luego se enfadó con el despertador.

EMOCIÓN SORPRESA. - ¡Sorpresa, sorpresa, sorpresa, sorpresa!

CABRA. - (Poniendo cara de sorpresa) ¡Las nueve y cuarenta y cinco! ¡Virgen Santa, qué tardísimo es!

EMOCIÓN ENOJO. - ¡Enfádate con el reloj! ¡Échale una bronca, se la merece!

CABRA. - (Poniendo cara de enfado) Pero bueno despertador por qué no nos has despertado a las nueve en punto como te encargué!

RELOJ. - Perdona pero es que hoy me he quedado dormido.

CABRA. - ¿Pero qué clase de despertador eres que te quedas dormido? Para eso te compré, para que ahora te quedes dormido.

RELOJ. - Perdone mi ama, le prometo que no me volverá a pasar.

CABRA. - Es que como lo vuelvas a hacer te cojo y te tiro a la basura. ¡Pero bueno!

EMOCIÓN ENOJO. - Muy bien hecho.

RELOJ. - Por favor no me tire a la basura, que no lo volveré a hacer.

CABRA. - ¡Es que vaya faena que me has hecho! Precisamente hoy que tenía que ir al supermercado vas y te quedas dormido, ahora por tu culpa se me va a hacer tarde. Venga despierta a mis hijitos, diles que se vayan levantando.

RELOJ. - ¡Rin, rin, tolón, tolón! ¡Vamos, despertad que son las nueve y cuarenta y cinco, que son las nueve y cuarenta y cinco!

CABRITILLO PREGUNTÓN. - ¡Mamá, mamá! ¿Qué hora es las nueve y cuarenta y cinco de la mañana?

CABRA. - Es una hora tardísima, tardísima y no me entretengas más.

CABRITILLA COQUETA. - Pues es la hora de peinarme, maquillarme y cortarme las uñas.

CABRITILLA SALTARINA. - Pues yo creo que es la hora de saltar a la comba.

CABRITILLO ESTUDIANTE. - Pues yo creo que es hora de que nos pongamos a estudiar y a hacer los deberes.

CABRITILLO COMILÓN. - De eso nada yo creo que las nueve y cuarenta y cinco es la hora de comerme un bocadillo de salchichón.

CABRITILLO PREGUNTÓN. - Hermanita lista ¿Qué hora es las nueve y cuarenta y cinco?

CABRITILLA LISTA. - Las nueve y cuarenta y cinco son las diez menos cuarto hermanito preguntón.

CABRITILLO PREGUNTÓN. - Hermanita ¿y qué hora es las diez menos cuarto?

CABRITILLA LISTA. - Pues las nueve y cuarenta y cinco. ¿Es que no te enteras?

C. PREGUNTÓN. - Pues no.

CABRA. – Hijos míos. Voy un momento al supermercado, que se me hace tarde. Lo único que os encargo es que cuando yo salga cerréis la puerta con llave y no le abráis a nadie.

NARRADOR. - Mamá cabra no quería que abrieran la puerta porque cuando los niños se quedan solos en la casa no le tienen que abrir a nadie.

CABRA. - ¿Me prometéis no abrir a nadie?

TODOS. – Sí mamá.

C. PREGUNTÓN. - ¿Y por qué no le podemos abrir la puerta a nadie?

CABRA. - Pues porque puede venir alguien con malas intenciones y os puede hacer daño.

C. PREGUNTÓN. - ¿Y quién es alguien?

CABRA. - El lobo malo.

C. PREGUNTÓN. - ¿Y qué nos hace el lobo malo?

CABRA. - Que os come a todos.

C. PREGUNTÓN. - ¿A mí también me come?

CABRA. - A ti te come el primero de todos por hablar tanto, que no te callas ni debajo del agua. (Con enfado)

C. OBEDIENTE. - No te preocupes mamá que no abriremos la puerta a nadie.

CABRA. - Yo se que tu no le abrirás porque eres muy obediente pero de alguno de tus hermanos no me fío ni un pelo.

C. PREGUNTÓN. - Mamá, mamá ¿Y si soy amigo del lobo también me come?

CABRA. - Si también te come.

C. PREGUNTÓN. - ¿Y por qué?

CABRA. - Pues porque el lobo es muy malo y se come hasta a sus amigos. Por lo tanto prometedme que no le abriréis la puerta a nadie para que me vaya tranquila al super.

C. LISTA. – Sí, mamá, no te preocupes, te prometemos que no le abriremos la puerta a nadie.

C. PREGUNTÓN. – Mamá, mamá ¿Y si llama el panadero?

MAMÁ. – Pues le decís que se vaya porque no queréis pan.

C. JUGUETÓN. – Mamá ¿podemos jugar al fútbol en el salón?

MAMÁ. – No, ni hablar que me rompéis todos los jarrones.

C. COMILÓN– Mamá ¿Puedo comer un bocadillo de chorizo?

MAMÁ. - ¿Es que tienes hambre otra vez?

C. COMILÓN. - Si tengo tanta hambre como el lobo malo.

MAMÁ. - Vale hazte un bocadillo de zanahorias que las cabras no comemos chorizo.

C. PREGUNTÓN. – ¿Y por qué las cabras no comen chorizo?

MAMÁ CABRA. - Porque todas las cabras somos vegetarianas, es decir herbívoras, nos alimentamos de plantas.

C. PREGUNTÓN. - ¿Y si llama el pastelero?

MAMÁ CABRA. – Le decís que no queréis pasteles y tampoco le abrís. ¡Adiós!

C. COMILÓN. - Mamá, yo si quiero pasteles.

EMOCIÓN ENOJO. - ¡Enfádate otra vez, mira que es pesao el niño!

MAMÁ CABRA. - (Muy irritada) Tu te comes las zanahorias y ya está. ¡Adios!

NARRADOR. – Mamá cabra se fue al supermercado un poco preocupada. Los cabritillos se pusieron a jugar por toda la casa y de pronto alguien llamó a la puerta. Era el panadero.

- Tan. Tan. Tan.

EMOCIÓN MIEDO. - Ese es el lobo ¡Qué miedo, qué miedo, qué miedo, qué miedo!

(Todos los cabritillos se quedan quietos y algunos se esconden. Uno de ellos se acerca a la puerta y dice)

CABRITILLA LISTA - ¿Quién es?

PANADERO. – Soy el panadero. Llevo panes, bollos y tortas de chicharrones.

CABRITILLA LISTA. – Pues vete que no queremos pan ni ninguna cosa.

PANADERO. - ¡Bueno pues, Adiós! (Se dirige al público) ¡Vaya! ¡Qué mala suerte! Yo se que no me abren porque no está su mamá. (Dirigiéndose a los cabritillos) Volveré más tarde cuando esté vuestra mamá.

NARRADOR. - Al poco rato llegó el hombre del butano.

¡Tan. Tan. Tan!

EMOCIÓN MIEDO. - Ahora seguro que es el lobo. ¡Qué miedo, qué miedo, qué miedo, qué miedo!

(Todos vuelven a esconderse y a poner cara de susto)

CABRITILLA LISTA. - (Con cara de susto) ¿Quién es?

HOMBRE DEL BUTANO. - Soy el hombre del butano.

C. LISTA. - Pues vete que no queremos ninguna bombona.

HOMBRE DEL BUTANO. - ¡Que si, que vuestra madre me la encargó ayer!

C. LISTA. - Eso es mentira, además tu debes ser el lobo malo y no te vamos a abrir la puerta.

HOMBRE DEL BUTANO. - ¡Que no soy el lobo! ¿Desde cuando los lobos llevan bombonas a las casas?

CABRITILLA LISTA. - Nuestra mamá nos ha dicho que no le abramos la puerta a nadie y ya está.

HOMBRE DEL BUTANO. - ¿Y qué hago yo con la bombona?

C. LISTA. - Pues llévala a otra casa.

HOMBRE DEL BUTANO. - (Dirigiéndose al público) No me han abierto porque no está su mamá. Está bien hecho. Eso es lo que deben hacer los niños cuando se quedan solos. (Dirigiéndose a los cabritillos) Volveré más tarde cuando esté vuestra madre.

NARRADOR. - Se fue el hombre del butano y al poco rato llegó el fontanero.

Tan, tan tan.

EMOCIÓN MIEDO. - Ahora si es el lobo de verdad. ¡Qué miedo, qué miedo, qué miedo!

(Todos se asustan y algunos se esconden)

C. JUGUETÓN. - ¿Quién es?

FONTANERO. - Soy el fontanero. Vengo a arreglaros el grifo del cuarto de baño que no para de gotear.

C. JUGUETÓN. - ¡Ja, ja, ja! Pero si en esta casa no tenemos cuarto de baño.

FONTANERO. - Y yo que se, pues será para arreglar otra cosa.

C. JUGUETÓN. - Te hemos pillado, no eres el fontanero, eres el lobo malo y nos quieres comer.

FONTANERO. - ¡Que si soy el fontanero! ¡Que vuestra madre me dejó el encargo hace un mes de que viniera a arreglar un grifo o la cisterna del water, ya no me acuerdo!

C. LISTA. - Nada, nada. No te creemos, ya te puedes ir porque no te vamos a abrir la puerta.

FONTANERO. - Vale yo me voy, le decís a vuestra madre que estuve aquí y no me quisistis abrir. De todas formas volveré más tarde cuando esté vuestra madre.

NARRADORA. – Se fue el lobo disfrazado de fontanero y volvió disfrazado de pastelero.

( Se va y vuelven a llamar)

¡Tan, tan, tan!

EMOCIÓN MIEDO. - Ahora si es el lobo de verdad. ¡Qué miedo, qué miedo qué miedo, qué miedo!

CABRITILLA OBEDIENTE. - ¿Quién es?

PASTELERO. - Soy el pastelero. Llevo pasteles de nata, de fresa, de turrón y de caramelos.

CABRITILLA OBEDIENTE. - Pues ya te puedes ir porque no somos golosos. Además nuestra madre nos ha dicho que no le abramos la puerta a nadie.

PASTELERO. - También llevo chicles y gominolas.

CABRITILLO COMILÓN. - Yo si quiero gominolas. Vamos a abrir la puerta.

CABRITILLA LISTA. - Ni hablar de eso, acordaros de lo que nos dijo nuestra mamá, que no le abríeramos la puerta a nadie.

PASTELERO. - Como no abráis pronto la puerta se me acaban y os quedáis sin ninguna chuchería.

TODOS. - Vamos a abrir.

CABRITILLA OBEDIENTE. - De eso nada. ¿Es que no os dais cuenta de que es el lobo que se disfraza de pastelero para que le abramos la puerta y así poder entrar a comernos?

C. JUGUETÓN. - Es verdad ese es el lobo malo que quiere comernos. ¡Vete lobo malo que no te abrimos la puerta.

PASTELERO. - Vale, vale yo me voy pero volveré más tarde por si queréis algo.

(Se va el pastelero y vuelven a llamar)

Tan, tan, tan.

CABRITILLO JUGUETÓN. - ¿Quién es?

LOBO. - Abridme que soy vuestra madre.

CABRITILLO JUGUETÓN. - ¡Viene mamá, viene mamá!

NARRADORA. – De pronto el lobo tuvo una idea que le pareció buenísima.

LOBO. – No soy vuestra madre soy vuestro abuelito.

CABRITILLO JUGUETÓN. – ¡El abuelito, el abuelito!

CABRITILLA LISTA. – Nosotros nunca hemos tenido abuelito pero los niños si lo tienen. Me gustaría tener un abuelito.

CABRITILLO PEQUEÑO. – Si y los abuelos le hacen cosas buenas a sus nietos.

LOBO. – Pues claro y los sacamos de paseo, le compramos golosinas y le contamos cuentos.

TODOS. – Queremos que entre el abuelo. Si abrirle al abuelo.

CABRITILLA LISTA. – Sabemos que eres el lobo pero si prometes portarte como un abuelito te abrimos la puerta. ¿Lo prometes?

LOBO. – Si claro, lo prometo, lo prometo.

(Le abren la puerta al lobo y todos lo rodean, le hablan, se suben encima y lo molestan tantísimo que el lobo…)

LOBO. – Ya está, no soporto más ser el abuelo de todos estos cabritillos. Me voy corriendo a avisar a vuestra madre que ella sabrá lo que tiene que hacer con vosotros. (Se va)

NARRADORA. – Y colorín colorado el teatro ha terminado.

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FIN